¿Autoconocimiento Emocional? ¿por dónde empiezo?

¿Autoconocimiento Emocional? ¿por dónde empiezo?

Ya hemos hablado, en nuestro blog de empleo e inserción laboral, acerca de la trascendencia de las emociones, del “Autoconocimiento Emocional” como primera aptitud de la Inteligencia Emocional y como punto de partida sobre el cual se construyen el resto de habilidades, competencias y dimensiones del Autoconocimiento. Pero probablemente te hayas planteado ¿y qué tengo que hacer? ¿por dónde empiezo? ¿qué hago con mis emociones? ¿cómo podría mejorar? …

Pues existen muchas herramientas para trabajar las emociones, pero te vamos a sugerir algunas actividades sencillas para empezar, para que te sirvan de guía y te ayuden a abordar este proceso de identificación, comprensión, conexión con el pensamiento y regulación de tus emociones.

MAPA EMOCIONAL

Piensa en una emoción, positiva o negativa, que suelas sentir…

  • Busca un ejemplo, el más reciente, el más intenso, el que mejor lo explica, etc.
  • En general, ¿en qué situación se te dispara esta emoción?
    • Cuando VES que…
    • Cuando ESCUCHAS que…
    • Cuando SIENTES que…
  • ¿Cómo te sientes, cómo la vivencias internamente?
    • Te IMAGINAS que…
    • SENSACIONES FÍSICAS que tienes…
    • PALABRAS O FRASES que dices…
  • ¿Cómo sueles reaccionar ante esta emoción?
    • Lo que haces…
    • Lo que no haces…
    • Lo que dices…
    • Lo que no dices…

AUTOREGISTRO EMOCIONAL

La finalidad de esta actividad es tomar conciencia de que:

  • Cada acontecimiento provoca una emoción de mayor o menor intensidad.
  • Las emociones pueden ser positivas, negativas o ambiguas, depende de si producen bienestar o malestar.
  • Todas las emociones producen una reacción.

Teniendo en cuenta la información anterior, anota en el siguiente cuadro siguiente las diferentes experiencias emocionales que te sucedan durante una semana y clasifícalas en positivas (te producen bienestar), negativas (no te producen bienestar) o ambiguas (las que pueden producir bienestar o no, dependiendo del acontecimiento o suceso que produzca la emoción, de las circunstancias en las que se produzca o de la interpretación que le atribuya la persona al expresarla).

ACONTECIMIENTONOMBRE DE LA EMOCIÓNPOSITIVA
NEGATIVA
AMBIGUA
SÍNTOMASREACCIÓN
Ejemplo: Conduciendo por la carretera se ha cruzado inesperadamente una motoSusto (miedo) y enfado (ira)NegativasAnte el susto se me ha acelerado el corazón y en el enfado he enrojecido y me he puesto tensoAnota aquí: ¿Cómo reaccionaría? ¿Qué haría o pensaría?

REFLEXIONANDO SOBRE MIS REACCIONES

Como continuación de la actividad anterior, el objetivo de este ejercicio es regular aquellas reacciones más intensas que provocan malestar y que pueden ocasionar  algún problema.

Observa el cuadro de la actividad anterior, “Autorregistro emocional”, y fíjate en la columna de reacción de cada uno de los acontecimientos que anotaste. Partiendo de las diferentes reacciones que tuviste, contesta a las siguientes preguntas:

  • ¿Estás satisfecho/a con esa reacción?
  • ¿Crees que tu reacción es proporcionada con el acontecimiento que la provocó?
  • La consecuencia de tu reacción, ¿empeoró o mejoró la situación?
  • ¿Qué has conseguido con esa reacción?

La emoción que produce un determinado suceso no puede evitarse ni reprimirse, tampoco las alteraciones físicas que provoca, lo que sí se puede es educar y controlar la reacción problemática, para que no desencadene más emociones negativas.

Para finalizar, vuelve a anotar las reacciones que no te hayan gustado y sustitúyelas por otras más adecuadas.

  • Reacción que no me ha gustado: ………..
  • Reacción más adecuada: ……….

No dudes que trabajar tus emociones trascenderá tanto en lo personal como en lo profesional; influirá positivamente en tu bienestar emocional y rendimiento, y también te ayudará a comprender las emociones de los demás, mejorando la calidad de tus relaciones interpersonales, personales y profesionales.

La Inteligencia Emocional según Salovey y Mayer

La Inteligencia Emocional según Salovey y Mayer

De sobra es conocido en los últimos años el concepto de Inteligencia Emocional y la trascendencia de las emociones a todos los niveles: personal, social, laboral, educativo, deportivo… y como no también, a la hora de emprender nuestra búsqueda de empleo y afrontar cualquier proceso de selección.

Aunque muchos atribuyen el concepto a Daniel Goleman, quien sin duda popularizó el concepto de Inteligencia Emocional, es un término muy debatido sobre el que se han escrito cientos de libros y artículos, que se ha ido construyendo en base a formulaciones y reformulaciones, y cuyo origen por tanto, es difícil de concretar. Si bien, parece claro que el concepto de Inteligencia Emocional como tal, fue propuesto por primera vez en 1990 por Salovey y Mayer.

Este modelo no recoge todo lo que hoy sabemos sobre Inteligencia Emocional, no obstante, nos sirve como punto de partida y nos puede ayudar, por la sencillez de sus planteamientos, a comprender cómo se estructuran y organizan las emociones en nuestra mente y su manifestación a través de nuestra conducta.

Mayer y Salovey proponen un modelo teórico de cuatro ramas para explicar y describir las dimensiones de la Inteligencia Emocional. El modelo engloba cuatro competencias emocionales interrelacionadas y que corresponden a cuatro niveles jerárquicos. Para llegar a las habilidades de mayor complejidad como el manejo emocional, son necesarias cada una de las habilidades previas más elementales. Las cuatro ramas son:

1. Percepción emocional:

  • Es la capacidad para percibir, evaluar y expresar las emociones adecuadamente.
  • Las emociones pueden ser reconocidas no sólo en uno mismo, sino también en otras personas y objetos (obras de arte, música…).
  • También incluye la capacidad para expresar las emociones de una manera adecuada
  • Así como para discriminar con precisión la honestidad o no de las emociones expresadas por los otros. Los individuos que saben acerca de la expresión y manifestación de emociones también son sensibles a las expresiones emocionales falsas o manipulativas que muestran otras personas.

Al acudir a una entrevista de trabajo, por ejemplo, la percepción de una sensación física de nudo en el estómago, que puedo traducir como nerviosismo. También percibo la conducta no verbal de los entrevistadores y cómo va variando en el transcurso de la entrevista.

2. Facilitación emocional del pensamiento:

  • Habilidad para usar las emociones de una manera que faciliten el pensamiento (integración emoción y cognición y la emoción como facilitadora del pensamiento).
  • Esta habilidad hace referencia a los eventos emocionales que ayudan al procesamiento intelectual, es decir, a cómo las emociones actúan sobre nuestro pensamiento y nuestra forma de procesar la información.
  • Las emociones priorizan el pensamiento y dirigen la atención a la información importante.

Entrar en la entrevista, con las emociones que me genera el saber que tengo un buen currículum, experiencia relacionada, y que a priori parece que me ajusto bien al perfil que requieren, no me garantiza que vaya a ser seleccionado/a, pero me dará ventaja para poder defenderme con mayor seguridad y acierto.

3. Comprensión y análisis de las emociones:

  • La tercera rama del modelo hace referencia a la capacidad para comprender emociones y utilizar el conocimiento emocional.
  • Incluye la capacidad para etiquetar las emociones, reconocer las relaciones que se dan entre las palabras y el significado de la emoción.
  • Se consideran las implicaciones de las emociones, desde el sentimiento a su significado; esto significa comprender y razonar sobre las emociones para interpretarlas. Por ejemplo, que la tristeza se debe a una pérdida.
  • Abarca también la habilidad para comprender emociones complejas, por ejemplo, el amor y odio simultáneo hacia una persona querida (pareja, hijos) durante un conflicto, la habilidad para reconocer las transiciones entre emociones; por ejemplo, de frustración a ira, de amor a odio.

A lo largo de la entrevista y en función de su transcurso, voy experimentando diferentes sensaciones y emociones, a las que soy capaz de poner nombre, comprender e interpretar, por ejemplo, mi miedo a hacer mal la entrevista lo atribuyo a que el puesto me interesa mucho y a la escasa oferta laboral.

4. Regulación emocional:

  • La última rama del modelo hace referencia al proceso emocional de mayor complejidad.
  • Regulación reflexiva de las emociones para promover el conocimiento emocional e intelectual.
  • Los pensamientos promueven el crecimiento emocional, intelectual y personal para hacer posible la gestión de las emociones en las situaciones de la vida.
  • Incluiría la capacidad para estar abierto tanto a los sentimientos agradables como a aquellos que nos resultan menos placenteros. Para que podamos aprender de las emociones es necesario que atendamos a los sentimientos positivos y negativos. De ahí que la primera habilidad dentro de la rama de regulación emocional sea precisamente la apertura a los sentimientos.
  • Incluye la capacidad para reflexionar sobre las emociones descartando o utilizando la información que nos proporcionan en función de su utilidad.
  • Habilidad para distanciarse de una emoción. Habilidad para regular las emociones en uno mismo y en los demás. Capacidad para mitigar las emociones negativas y potenciar las positivas, sin reprimir o exagerar la información que transmiten.

No juzgo mi emoción inicial de nerviosismo y ansiedad. Una vez identificadas, comprendidas y sabiendo que un nerviosismo excesivo es contraproducente para realizar la entrevista, pongo en marcha estrategias para reducirlo e intento generar otras emociones más adaptativas (calma, seguridad…).

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