Elevadas tasas de desempleo, acceso al mercado laboral en condiciones precarias, ausencia de conciliación, etc… es la realidad que nos está tocando vivir, por ello emprender con la vista puesta en la situación actual pero también en el futuro, se convierte en el factor clave.

Generar empleo estable, duradero y de calidad, en empresas más resistentes al entorno, pasa por la Economía Social, una fórmula de emprendimiento en colectivo que permite poner en marcha nuestro proyecto empresarial a la vez que cuidamos del entorno y de las personas.

Por la participación colectiva de los trabajadores en las decisiones económicas, laborales y estratégicas de la empresa, ésta se convierte en un tejido empresarial más resistente, más flexible y que destruye menos empleo, en comparación con otras fórmulas de emprendimiento.

Se trata de empresas presentes en todos los sectores económicos y de todos los tamaños, llegando a suponer el 10 % del PIB español, representando el 12,5 % del empleo, y donde un 80 % de los contratos son de carácter indefinido.

Este emprendimiento en colectivo no solamente permite ganar dinero, sino que además consigue mejorar su entorno social y el medio ambiente.

La Economía Social, como conjunto de las actividades económicas y empresariales privadas que persiguen, además del interés colectivo de sus integrantes, el interés general (tanto económico como social), es la fórmula idónea para el emprendedor actual.

Las fórmulas de emprendimiento en Economía Social son la Cooperativa, una forma de organización empresarial, constituida por personas físicas o jurídicas, en régimen de libre adhesión y baja voluntaria, basada en la estructura y funcionamiento democráticos, para satisfacer conjuntamente necesidades e intereses socioeconómicos comunes, siempre con el propósito de mejorar la situación económica y social. Es decir, se trata de emprendimiento colectivo con un mínimo de 3 personas que se agrupan con una idea de negocio, con un capital social mínimo de 3.000 € entre todos los socios, correspondiendo un voto a cada socio, por lo que democráticamente intervienen en las decisiones de la empresa.

Además, se trata de una fórmula con la que contrarrestamos algunos de los riesgos del emprendimiento en solitario pues permite complementar capacidades y recursos, compartir ideas, ampliar la red de contractos y compartir responsabilidades.

Las Sociedades laborales, son Sociedades Anónimas o de Responsabilidad Limitada, en las que el capital social pertenece mayoritariamente a los trabajadores, ninguno de los socios es titular de acciones o participaciones que representen más de la tercera parte del capital social, salvo cuando a su constitución se asocian 2 personas socias trabajadoras momento en el que el capital social quedará distribuido al 50%, y el número de horas/año trabajadas por los trabajadores contratados por tiempo indefinido, que no sean socios, no es superior al 49% del cómputo global de horas-año trabajadas en la sociedad laboral por el conjunto de los socios trabajadores.

Este tipo de empresas son más resistentes a un entorno de crisis económica principalmente porque priman las personas y del fin social sobre el capital, lo cual se concreta en una gestión autónoma y transparente, democrática y participativa, que lleva a priorizar la toma de decisiones más en función de las personas, sus aportaciones de trabajo y servicios prestados a la entidad o en función del fin social, que en relación a sus aportaciones al capital social. El compromiso con el desarrollo local, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la cohesión social, la inserción de personas en riesgo de exclusión social, la generación de empleo estable y de calidad, la conciliación de la vida personal, familiar y laboral y la sostenibilidad, es una gran oportunidad para que el medio rural asturiano crezca, progrese y se convierta en un espacio atractivo para vivir y trabajar, especialmente para jóvenes y mujeres.

En ocasiones la financiación se erige en el principal escollo para iniciar un proyecto empresarial, en este sentido, para el emprendimiento en economía social existen diversas vías de solución:

1.- Capitalización de la prestación por desempleo, o pago único.

2.- Beneficios en las cuotas a la seguridad social.

3.- Ayudas locales y autonómicas destinadas a la Economía Social, como la subvención por incorporación de socios.

4.- Subvención para gastos de Constitución.

5.- Ayudas destinadas a la financiación de nuevos proyectos emprendedores en Economía Social.

Si quieres más información, no dudes en ponerte en contacto con ASATA, en el teléfono 985.35.98.17, y te informaremos de todo lo que precises para poner en marcha tu propio negocio.

Este post es una actuación enmarcada en el programa PILA, cofinanciado por el Fondo Social Europeo, en colaboración con la Consejería de Industria, Empleo y Promoción Económica de Asturias y el impulso de CEPES como Organismo Intermedio del FSE.

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