¿Cuáles son tus fortalezas? ¿y tus debilidades?…

¿Cuáles son tus fortalezas? ¿y tus debilidades?…

Estas son algunas de las preguntas más recurrentes en las entrevistas de selección y es probable que ya te hayas tenido que enfrentar a ellas o te acabes teniendo que enfrentar. Una reacción frecuente ante estas cuestiones suele ser de desconcierto, bloqueo y nerviosismo por no saber qué decir, realmente por desconocimiento y porque es muy posible que nunca te las hayas planteado. Y es en ese momento, en que el entrevistador te observa atento esperando tu respuesta, en que te da el tiempo justo para pensar ¿y ahora qué digo?¿»quedará bien» si digo esto?…, todo en una fracción de segundo. El resultado de nuestras respuestas en esta situación nos suele dejar descontentos, con cierta rabia por no haber hecho previamente esa reflexión y porque no representan cómo somos realmente.

Por eso queremos evitarte ese mal rato, que este tipo de preguntas te cojan por sorpresa, y que te puedan influir negativamente en el resultado de la entrevista. El primer paso es que reflexiones con tiempo, de manera individual, sin prisas, sobre estas cuestiones. En ese momento de tranquilidad y reflexión individual no tienes que tener miedo a ser juzgado y es cuando puedes pensar con más serenidad y claridad. No pienses en qué puedes decir y que no, en qué esperan que digas o qué no, piensa con franqueza. Sé totalmente honesto contigo mismo para que, llegado el momento de la entrevista, puedas llegar a dar respuestas correctas pero ante todo auténticas y sinceras.

Partiremos de la base de que todos, sin distinción, tenemos fortalezas y debilidades. Ahora vamos a ver cómo podemos identificarlas y qué podemos hacer con ellas.

  • Podríamos definir una fortaleza personal como aquella cualidad que te hace resaltar positivamente en algo. Las fortalezas de una persona son aquellas cosas que se nos dan muy bien o las habilidades y capacidades especiales que tenemos para realizar alguna tarea en concreto, de forma fácil. También se le podría llamar don.
  • En el lado opuesto, las debilidades personales pueden definirse como los hábitos, pensamientos y conductas negativas que impiden realizar labores con eficiencia, alcanzar metas y lograr aquello que se desea.

Las debilidades pueden concebirse como algo acerca de ti, que tienes el poder de mejorar. En lugar de enfocarte en el término “debilidad” y en su connotación negativa, piensa en esas áreas donde necesitas crecer o mejorar. Esto te mantendrá concentrado en el futuro y en lo que puedes hacer para superarte.

Es importante tener en cuenta que tanto el concepto de fortaleza, como el de debilidad, son relativos. Lo que para unos es fortaleza para otros puede ser una debilidad; y lo que en ocasiones puede presentarse como una debilidad en otras situaciones puede ser considerada una fortaleza y/o presentarse como una oportunidad.

Algunos TIPS para identificar tus fortalezas y debilidades:

  • Anota las actividades que realices habitualmente. Con la finalidad de identificar tus fortalezas y debilidades, debes pensar en las actividades en las que más participas o las que te parecen más satisfactorias. Durante aproximadamente una semana escribe todas las actividades que realices durante el día, clasificándolas del 1 al 5 en función de lo mucho que las disfrutas o participas en ellas.
  • Reflexiona sobre tus valores. En ocasiones, puede ser difícil identificar nuestras fortalezas y debilidades debido a que no nos tomamos el tiempo para reflexionar sobre nuestros valores fundamentales. Identificar tus valores te puede conectar directamente con tus fortalezas y debilidades.
  • Enumera tus deseos. Pregúntate cuáles son tus deseos. Tus deseos o anhelos dicen mucho acerca de ti, incluso si has pasado mucho tiempo negándolos. Considera la razón por la que quieres completar esas actividades o metas y lo que necesitarás para lograrlo. Tus pasiones y sueños suelen ser áreas de gran fortaleza. Escríbelos en otra sección de tu diario, tus deseos y anhelos en la vida. Determina qué es lo que te impulsa y qué te hace feliz.
  • Comienza a preguntarte qué cosas son las que más disfrutas en la vida. Haz una lista de las actividades o las cosas que te hagan feliz y te brinden placer. Lo más probable es que estas áreas donde encuentres tus pasatiempos sean algunas de tus áreas fuertes. Identifica también, aquello que te atraía hacer cuando eras niño en tu tiempo libre, debes tenerlo en cuenta, ya que dice mucho sobre uno mismo y puede ayudarte a encontrar tus verdaderos talentos.
  • Piensa en una situación difícil que hayas vivido. ¿Cómo reaccionaste cuando te enfrentaste a la situación? ¿Te callaste y te retiraste o enfrentaste el desafío? ¿de qué manera lo enfrentaste?

Si tomaste el control, probablemente sientas que ese valor y la capacidad de controlar esa situación son una fortaleza. Si por el contrario te viste desbordado, e incluso perdiste los nervios, podría ser una debilidad.

  • Piensa en una situación que no tiene por qué ser desafiante como la anterior, pero que te haya incomodado, que incluso sea una situación que se repita habitualmente y que siempre te incomode. Por ejemplo, ¿ cómo reaccionas cuando entras a una habitación llena de gente?, ¿entablas una conversación con todos los que conoces o prefieres buscar una esquina tranquila, lejos del ruido y relacionarte solo con una persona ?

La persona a la que le gusta relacionarse con los demás suele ser extrovertida y es buena socializando, mientras que la persona más tranquila es buena para relacionarse a nivel individual y para escuchar. Ambas fortalezas pueden utilizarse para beneficio natural de la persona.

  • Escribe tus fortalezas y debilidades. Una vez evaluado todo lo anterior, es momento de identificar lo que crees que son tus fortalezas y debilidades. Enfócate en el momento actual y según lo que haces en tu vida en el presente, ya sea a nivel personal como profesional. Recuerda que en este punto, nadie te califica o te juzga por tus respuestas, así que sé sincero y honesto contigo mismo.
  • Reflexiona sobre tus conclusiones para poder pasar a la acción. Después de evaluar tus fortalezas y debilidades, tómate un tiempo de reflexión y aceptación y márcate un plan de acción, tú decides si necesitas o quieres trabajar en alguna de tus debilidades. Una vez identificadas, también puedes hacer un uso más consciente de tus fortalezas, enfocarte en potenciarlas y sacarles el mayor partido posible.
  • Rechaza el perfeccionismo. Procura no obsesionarte con tus debilidades y no te fuerces a ocultarlas, recuerda su relatividad, asume que las tienes, que forman parte de ti y quiérete con ellas.

Análisis DAFO para la Búsqueda de Empleo

Análisis DAFO para la Búsqueda de Empleo

La capacidad de reflexión es una habilidad que te será de gran utilidad en tu proceso de búsqueda de empleo. El análisis que hoy te proponemos tiene como objetivo:

  1. Analizar nuestra situación individual respecto al entorno en el que estamos.
  2. Identificar nuestros puntos fuertes y débiles.
  3. Clarificar objetivos y alternativas de mejora.

La herramienta que vamos a utilizar es la matriz DAFO: Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades. Plantéate y pon por escrito la respuesta a los siguientes interrogantes:

Una vez hayas cumplimentado estos aspectos internos y externos, deberás planificar estrategias para reforzar tus fortalezas y aprovechar las oportunidades, así como afrontar las amenazas y poner solución a tus debilidades.

Hacer ejercicio te proporcionará una gran claridad y pondrá en valor todos los aspectos positivos que muchas veces son difíciles de visualizar y poner en valor.

Autoconocimiento

Autoconocimiento

¿Te conoces a ti mismo? ¿Te has preguntado alguna vez quién eres? ¿Qué concepto tienes de ti? ¿Por qué nos resulta difícil conocernos a nosotros mismos?


Aunque a priori parece un concepto fácil, no lo es. Todos creemos que nadie nos conoce mejor que nosotros mismos; pero esto no siempre es así, pocas veces nos paramos a reflexionar sobre quiénes somos; de hecho, si no hemos realizado un trabajo previo, nos puede resultar difícil hablar sobre cuáles son nuestras fortalezas, nuestras debilidades, nuestros valores, nuestras emociones, nuestras metas, nuestras pasiones, nuestros miedos, etc…


En ese proceso de autoconocimiento podemos descubrir aspectos en nosotros que nos avergüencen o, incluso, nos asusten; ideas que parecen ser incoherentes y contradictorias con respecto de lo que pensamos sobre nosotros mismos, pero que también forman parte de quién soy; cuando no aceptamos y rechazamos esas partes que consideramos negativas de nosotros mismos, también nos estamos negando la oportunidad de mejorarlas; y por tanto de desarrollarnos y crecer a nivel personal.

Beneficios del Autoconocimiento:

Conocerte mejor a ti mismo te ayudará, entre otras cosas, a:

– Tomar decisiones más acertadas
– Mejorar tu autoestima, seguridad y autoconfianza
– Entender qué ocurre en tu interior en periodos de cambios internos
– Descubrir porque actúas y sientes de una forma determinada y cómo puedes mejorar
– Tomar consciencia de todas las capacidades, fortalezas y recursos de los que dispones para enfrentarte a las vicisitudes de la vida. Descubrir talentos ocultos o sin explotar.
– Obtener información para orientarte a nivel profesional
– Ser consciente de las carencias y miedos que te pueden estar bloqueando determinadas acciones
– Elaborar planes de acción para eliminar o potenciar determinadas actitudes
– Mejorar tu afrontamiento ante situaciones difíciles o estresantes
– Adquirir un mayor autocontrol, tanto personal como emocional
– Mejorar el conocimiento más profundo de otras personas mejorando los vínculos establecidos y tus relaciones sociales y profesionales, etc.

¿Por dónde empiezo? Te proponemos algunas herramientas:

Diario de Emociones: Registra al final del día, durante dos semanas aquellas emociones que hayas experimentado a lo largo de cada día (miedo, alegría, sorpresa, tristeza, enfado, etc.), y en qué situaciones han ido surgiendo. De este modo te harás consciente de las emociones que vas viviendo en cada momento. Identifica de qué emociones se trata. Las preguntas serían: ¿Qué emoción era?, ¿Cómo sé qué se trataba de esa emoción? ¿Qué crees que te produjo esa emoción? ¿En qué situación surgió? ¿De qué te está avisando? ¿Qué sentimiento te generó? ¿Cómo reaccionaste?

La línea de la vida: Este ejercicio muy utilizado en desarrollo personal consiste en crear una línea horizontal que represente tu vida. Sobre la línea marcarás un punto medio que será el “aquí y ahora”, es decir, el momento presente, a la izquierda de ese punto has de marcar eventos y momentos importantes de tu pasado, esto es, situaciones y experiencias vividas que te hayan dejado huella, que te hayan marcado y realmente relevantes en tu vida (enfermedades importantes, pérdidas cercanas, cambios laborales, premios obtenidos, llegada de un bebé…). Así podrás ser consciente de aquello que consideras relevante en tu vida.


La segunda parte consistirá en cumplimentar parte de tu futuro, a la derecha del punto medio, señalando tus objetivos más cercanos y más alejados en el tiempo.


Al finalizar esta línea de vida te invito a reflexionar sobre lo que has vivido y sobre cómo te planteas conseguir y alcanzar los objetivos marcados en tu futuro.

Mejor Yo Reflejado: Para poder determinar cuáles son tus fortalezas y debilidades, puedes realizar este ejercicio. Comienza haciendo un análisis individual sobre cuáles consideras que son tus fortalezas y debilidades. A continuación, solicita retroalimentación a personas de tu entorno: compañeros de trabajo, amigos, familiares… y pregúntales por escrito acerca de tus fortalezas y debilidades. Una vez que recibas todos los resultados, deberás buscar las similitudes. Intenta extraer los rasgos que señala cada persona y compáralos entre sí. Una vez que tengas todos los resultados, escribe un análisis tipo autorretrato de tus fortalezas y debilidades. Asegúrate de incorporar todos los diferentes aspectos que las personas señalaron sobre ti y todos los rasgos que sacaste a relucir en tu propio análisis.

Identificando mis Valores:

  1. Piensa en un mínimo de 10 personas (vivas o ya fallecidas, cercanas o desconocidas) o personajes (realidad o ficción) a las que admires y apúntalas. Por ejemplo: tu madre, Barack Obama, Napoleón Bonaparte, Teresa de Calcuta, Nemo (de Buscando a Nemo), etc.
  2. Escribe mínimo 5 cualidades que admires de cada uno de ellos. Por ejemplo: Mi madre (fortaleza, alegría, espontaneidad, bondad, trabajadora), Barack Obama (carisma, empatía, elegancia, coherencia, humildad), Nemo (espontaneidad, inocencia, ternura, espíritu aventurero, lealtad). Y así con cada uno, hasta tenerlos todos.
  3. Una vez que lo tengas empezaremos el recuento. Se trata de ir cualidad por cualidad y anotar las veces que aparece repetida (si es que se repite). Es decir, anota la frecuencia de cada cualidad. Por ejemplo: Bondad (2 veces), Alegría (1 vez), Valentía:(3 veces), Trabajador (7 veces), Fortaleza (1 vez), etc…
  4. Ordena de mayor a menor las cualidades (según el número de veces que hayan salido repetidas). Una vez hecho, apúntalas en ese orden en una escala del 1 al 10. Es decir, en el número 1 pondríamos la más repetida, y así hasta llegar al número 10. Una vez hecho esto, tendríamos tus 10 valores más importantes o esenciales.

Para lograr un buen nivel de Autoconocimiento es necesario que te cuestiones tus pensamientos y creencias, que aprendas a reconocer y gestionar tus emociones, que reconozcas tus necesidades y tus valores e identifiques tus fortalezas y áreas de desarrollo. Esperamos que estas herramientas te sirvan como punto de partida y te hayan ayudado a iniciarte en ese recorrido de tu Autoconocimiento.

Pin It on Pinterest