Cambiar la actitud, cambiar el pensamiento

Cambiar la actitud, cambiar el pensamiento

Cambiar la actitud pasa por empezar a tomar conciencia de nuestros pensamientos. Ya hemos hablado en otras ocasiones sobre la relación entre Pensamiento, Emoción y Conducta, y del círculo vicioso que hay detrás de cada estado en que nos encontramos. Cómo, pensamientos positivos, generan emociones positivas y conllevan conductas positivas y de qué manera, pensamientos negativos, generan emociones negativas y conllevan conductas negativas.

En el artículo de hoy incorporamos la variable Actitud y vemos cómo, de igual forma, pensamientos positivos desencadenan actitudes positivas y pensamientos negativos, actitudes negativas.

Como punto de partida, antes que nada, debería plantearme ¿cuál es mi actitud? ¿debería cambiarla? ¿puedo mejorar mi actitud? ¿qué tengo que hacer si quiero cambiarla?

Si queremos saber cuál es nuestra actitud a nivel general puede ser muy interesante, por ejemplo:

  • Observar nuestras reacciones en momentos en los que las circunstancias sean desfavorables. Qué pensamos, qué emociones generamos, qué acciones realizamos…
  • Observar nuestro diálogo interno, esa voz que está en nuestra cabeza de forma constante y que puede ser nuestro mejor aliado o nuestro mayor enemigo.
  • Fijarnos en las críticas que hacemos a los demás. Una persona que tiene actitud positiva, difícilmente se pasa la vida criticando lo que los demás hacen o dejan de hacer.
  • Si te quejas con frecuencia y utilizas un lenguaje negativo, sientes que no tienes nada que agradecerle a nadie, siempre percibes lo malo ante lo bueno de las situaciones, te irritas fácilmente, te comparas con los demás quedando siempre en desventaja, culpas a terceros de tu infortunio, eres desconfiado o criticas sin miramientos, el pesimismo es tu inclinación habitual.

TODOS TENEMOS ALGÚN PENSAMIENTO NEGATIVO

Se habla mucho de la necesidad de tener una actitud positiva, pero partimos de la base de que, aunque sabemos que todo es más sencillo si somos positivos, no siempre es fácil mantener una actitud positiva, sobre todo en esos momentos en que parece que todo se nos tuerce o que todo a nuestro alrededor se tambalea.

En general, todas las personas podemos tener pensamientos de carácter negativo y pasar por periodos de cierta negatividad, suele suceder cuando nos sentimos agobiados y superados por las circunstancias. Somos humanos y podemos perder el control de nuestros pensamientos en muchos más momentos de los que nos gustaría. Es normal y no tenemos que sentirnos culpables por ello.

La clave se centra en no dejarnos arrastrar por esos patrones de pensamiento, sino en aceptarlos y transformarlos en positivos.

TRANSFORMAR PENSAMIENTOS NEGATIVOS EN POSITIVOS, ¿CÓMO PODEMOS HACERLO?

No se pretende evitar o eliminar los pensamientos negativos, pero sí cuestionarlos, con la finalidad de fomentar otros alternativos que nos creamos más y que sean más beneficiosos para nosotros, tanto en lo que nos hacen sentir como en lo que nos hacen hacer.

A continuación, te damos algunas Pautas que te permitirán hacer frente a esos pensamientos que te generan malestar:

1. En primer lugar, una estrategia clave para transformar pensamientos negativos en positivos es saber identificar el diálogo negativo. Esto, que al principio nos puede sorprender, es evidente: no nos damos cuenta de hasta qué punto estamos supeditados a los pensamientos obsesivos, negativos y limitantes. Debemos detectar esos razonamientos negativos. Los pensamientos negativos no deben esconderse, ni bloquearse. Se trata solo de aceptarlos tal y como son, tal y como vienen.

2. Contrasta, rebate, debilita. ¿Ese pensamiento negativo está justificado? ¿Qué pruebas tengo de que eso que pienso puede ocurrir con seguridad? Debemos entender que solo por pensar algo no tiene por qué ser verdad. En muchas ocasiones las personas cometemos errores en nuestros pensamientos, que distorsionan la realidad y no nos permiten juzgar con objetividad la situación.

3. Reformula el pensamiento de forma adecuada. Una vez detectado ese pensamiento y su posible distorsión, debemos reestructurarlo, es decir, debemos buscar otro pensamiento alternativo que sea más adaptativo y que no genere tanto daño en nosotros, que nos ayude a encontrarnos mejor.

ALGUNOS TIPS PARA LA TRANSFORMACIÓN

  • Cuida tu lenguaje. La palabra es poderosa y debe ser usada adecuadamente. Presta atención a cómo te expresas, piensa y habla conscientemente, porque el lenguaje limita o delinea la manera en que percibes el mundo y tiene un efecto en los demás.
  • Rodéate de personas positivas. Esto es básico para aprender a desarrollar la inteligencia emocional ya que el optimismo también es contagioso. Fomenta tus relaciones personales con gente alegre y positiva.
  • Enriquece tu mente. Sé proactivo y empieza a buscar herramientas para edificar una actitud positiva, dedica tiempo a la lectura, a escuchar tu música favorita, ir al cine, al teatro, todo aquello que despierte en ti buenas sensaciones es bienvenido.
  • Asume tu responsabilidad. Rehusar a reconocer tu parte de responsabilidad ante una circunstancia significa que te cierras a corregir ese comportamiento y volverá a ocurrir, esto alimenta una mentalidad de víctima.
  • Tu reacción ante las cosas siempre afecta al resultado, incluso cuando los eventos se escapan a tu control. Serás más positivo viendo la vida como algo sobre lo que sí puedes influir en lugar de estar a merced del destino, tú siempre decides cómo reaccionar y qué hacer a partir de ahí.
  • Deja de quejarte. La queja no resuelve nada, es pasiva e inútil. Canaliza toda la energía y el tiempo que pones en protestar en hacer algo para solucionar la situación, será mucho más provechoso.
  • Haz deporte. El ejercicio físico es una fuente de bienestar inagotable, te conecta con el presente, te fortalece también mentalmente y crea una química en el cuerpo que te hará sentir bien de inmediato.
  • Respira profundo. Las personas tranquilas tienen mejor actitud ante las cosas. Aprende a controlar tus reacciones y a serenar tu pensamiento a través de técnicas de respiración que también te ayudarán a clarificar la mente y a verlo todo de otro modo.

Este post es una actuación enmarcada en el programa PILA, cofinanciado por el Fondo Social Europeo, en colaboración con la Consejería de Industria, Empleo y Promoción Económica de Asturias y el impulso de CEPES como Organismo Intermedio del FSE.

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¿Por dónde empezamos? Relación entre Pensamiento, Emoción y Conducta

¿Por dónde empezamos? Relación entre Pensamiento, Emoción y Conducta

Tenemos por costumbre definir a las personas en función de lo que hacen, de lo que es observable a simple vista olvidándonos de los pensamientos y emociones que llevan a hacer lo que se hace. Los pensamientos y las emociones no se ven, pero sí nos guían, y acabamos tomando decisiones y actuando en función de estos.

Así pues, nuestra conducta, está determinada por nuestros estados emocionales, los cuales son ocasionados por aquello que pensamos. A su vez, nuestra conducta influye en lo que sentimos y en lo que pensamos, retroalimentándose unos a otros.

Pensamiento – Emoción –Conducta es el círculo vicioso que hay detrás de cada estado en el que nos encontramos. Pensamientos positivos, generan emociones positivas y conllevan conductas positivas. Por contra, pensamientos negativos, generan emociones negativas y conllevan conductas negativas.

Algunos de los pensamientos que nos pueden generar problemas son:

Deberías“debo ser una buena persona”, “debo hacer bien mi trabajo“, “debo tener la casa arreglada”.

Etiquetación“soy tonto”, “soy aburrido”, “soy nervioso”.

Lectura de pensamiento: “seguro que hablan mal de mí”, “a ellos les caigo mal”, “no me ha llamado, eso es que no quiere estar conmigo”.

Visión catastrófica“me va a pasar algo horrible”, “me duele la cabeza, tendré algo grave”

Generalización: “he fracasado en esta relación por lo tanto nunca tendré pareja”, “he suspendido este examen, nunca aprobaré la asignatura”.

Todo o nada/Blanco o negro: “solo hay dos formas de hacer las cosas, la correcta y la incorrecta”, “o consigo este trabajo o mi vida va a ser una ruina”.

Todos tenemos pensamientos de este tipo, que nos generan malestar, pero, ¿es posible controlar o eliminar pensamientos?, ¿somos capaces de elegir si tenemos pensamientos agradables o desagradables?, ¿podemos decidir sobre nuestros pensamientos?, ¿qué podemos hacer con los pensamientos negativos?…

Eliminarlos no, pero sí, identificarlos, aceptarlos, cuestionárnoslos y corregirlos. ¿Por que, qué ocurre cuando intentas evitar o eliminar un pensamiento?

  1. Que le prestas más atención.
  2. Que se activa una determinada respuesta emocional, ante la que pueden surgir más pensamientos asociados que se señalan como amenazantes y la percepción de amenaza incrementa la percepción de peligro.
  3. Que te pierdes otros estímulos que te harían cuestionarte ese pensamiento y que podrían modificar tu punto de vista.

Una forma más adecuada de relacionarse con las emociones y los pensamientos molestos: aceptarlos.

¿Cómo cambiar los pensamientos negativos? La Reestructuración Cognitiva como técnica de cambio.

Esta técnica consiste en la discusión de pensamientos negativos (por ejemplo, “Creen que soy aburrido”) y su sustitución por creencias o pensamientos más racionales (como “No puedo leer la mente de otras personas, probablemente están cansados ahora”).

Partir de la máxima de que no por el hecho de pensar algo es cierto, ya es un buen inicio.

La clave no está en pensar de otra forma cuando creas que es real, cuando sientas que es real. La clave está en que tu diálogo interno te haga dudar, y con ello, empezar a actuar de forma distinta, de forma acorde a esa duda. 

¿En qué me baso para pensar esto? ¿de qué me sirve pensar lo que estoy pensando? ¿puedo verlo de otra manera más objetiva? ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿seguro que no voy a ser capaz de superarlo?

No se pretende controlar ni eliminar los pensamientos negativos, esto no sería posible, pero sí hacer una reinterpretación de los mismos y cuestionarlos con la finalidad de fomentar otros alternativos más beneficiosos para nosotros, tanto en lo que nos hacen sentir como en lo que nos hacen hacer.

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