Tenemos por costumbre definir a las personas en función de lo que hacen, de lo que es observable a simple vista olvidándonos de los pensamientos y emociones que llevan a hacer lo que se hace. Los pensamientos y las emociones no se ven, pero sí nos guían, y acabamos tomando decisiones y actuando en función de estos.
Así pues, nuestra conducta, está determinada por nuestros estados emocionales, los cuales son ocasionados por aquello que pensamos. A su vez, nuestra conducta influye en lo que sentimos y en lo que pensamos, retroalimentándose unos a otros.
Pensamiento – Emoción –Conducta es el círculo vicioso que hay detrás de cada estado en el que nos encontramos. Pensamientos positivos, generan emociones positivas y conllevan conductas positivas. Por contra, pensamientos negativos, generan emociones negativas y conllevan conductas negativas.
Algunos de los pensamientos que nos pueden generar problemas son:
Deberías: “debo ser una buena persona”, “debo hacer bien mi trabajo“, “debo tener la casa arreglada”.
Etiquetación: “soy tonto”, “soy aburrido”, “soy nervioso”.
Lectura de pensamiento: “seguro que hablan mal de mí”, “a ellos les caigo mal”, “no me ha llamado, eso es que no quiere estar conmigo”.
Visión catastrófica: “me va a pasar algo horrible”, “me duele la cabeza, tendré algo grave”
Generalización: “he fracasado en esta relación por lo tanto nunca tendré pareja”, “he suspendido este examen, nunca aprobaré la asignatura”.
Todo o nada/Blanco o negro: “solo hay dos formas de hacer las cosas, la correcta y la incorrecta”, “o consigo este trabajo o mi vida va a ser una ruina”.
Todos tenemos pensamientos de este tipo, que nos generan malestar, pero, ¿es posible controlar o eliminar pensamientos?, ¿somos capaces de elegir si tenemos pensamientos agradables o desagradables?, ¿podemos decidir sobre nuestros pensamientos?, ¿qué podemos hacer con los pensamientos negativos?…
Eliminarlos no, pero sí, identificarlos, aceptarlos, cuestionárnoslos y corregirlos. ¿Por que, qué ocurre cuando intentas evitar o eliminar un pensamiento?
- Que le prestas más atención.
- Que se activa una determinada respuesta emocional, ante la que pueden surgir más pensamientos asociados que se señalan como amenazantes y la percepción de amenaza incrementa la percepción de peligro.
- Que te pierdes otros estímulos que te harían cuestionarte ese pensamiento y que podrían modificar tu punto de vista.
Una forma más adecuada de relacionarse con las emociones y los pensamientos molestos: aceptarlos.
¿Cómo cambiar los pensamientos negativos? La Reestructuración Cognitiva como técnica de cambio.
Esta técnica consiste en la discusión de pensamientos negativos (por ejemplo, “Creen que soy aburrido”) y su sustitución por creencias o pensamientos más racionales (como “No puedo leer la mente de otras personas, probablemente están cansados ahora”).
Partir de la máxima de que no por el hecho de pensar algo es cierto, ya es un buen inicio.
La clave no está en pensar de otra forma cuando creas que es real, cuando sientas que es real. La clave está en que tu diálogo interno te haga dudar, y con ello, empezar a actuar de forma distinta, de forma acorde a esa duda.
¿En qué me baso para pensar esto? ¿de qué me sirve pensar lo que estoy pensando? ¿puedo verlo de otra manera más objetiva? ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿seguro que no voy a ser capaz de superarlo?
No se pretende controlar ni eliminar los pensamientos negativos, esto no sería posible, pero sí hacer una reinterpretación de los mismos y cuestionarlos con la finalidad de fomentar otros alternativos más beneficiosos para nosotros, tanto en lo que nos hacen sentir como en lo que nos hacen hacer.