La Autoestima
La Autoestima se fundamenta en los pensamientos, emociones y creencias de cada uno. Si pienso mal sobre mí, si creo que no soy nada, si me comparo con los demás y sólo veo mis defectos… será necesario revisar mis pensamientos irracionales que, irremediablemente, me empujan a hundirme. Por lo tanto, la autoestima no depende de los éxitos externos: dinero, éxito, poder, aprecio de los demás, sino de actitudes y valoraciones internas.
¿Cómo se construye la Autoestima?
A lo largo de la vida vamos construyendo nuestra autoestima, en función de las experiencias que hemos vivido en relación a los demás, y de las valoraciones, interpretaciones y atribuciones que hacemos de esas experiencias. Podríamos decir que se desarrolla en función de factores externos o ambientales y factores internos (pensamientos al procesar las experiencias). Es fundamental tener en cuenta ambos tipos de factores para mejorar la autoestima.
Factores Externos al construir la autoestima
- La forma en la que nos miramos a nosotros mismos se aprende. Por decirlo de algún modo, la “óptica” con la que nos vemos está influenciada por las experiencias, circunstancias, acontecimientos y situaciones que vivimos a lo largo de nuestra vida.
- La relación con otras personas influye en esa “óptica”. Los padres, la familia, los amigos, los profesores, todas las personas que consideramos significativas, tienen una influencia sobre la percepción que cada persona desarrolla de sí misma.
- Según los mensajes recibidos de quienes nos han acompañado a lo largo de la vida, se crea una percepción de uno mismo. Los mensajes que vamos escuchando se van grabando en nosotros y definen el estilo de nuestro diálogo interno, la “óptica” con la que nos vemos.
Factores Internos al construir la autoestima
- Los pensamientos, las valoraciones o interpretaciones que hagamos de las experiencias de nuestra vida median en el desarrollo de nuestra autoestima.
- Vivimos experiencias que nos marcan, que se graban en nosotros, y la interpretación que demos a éstas es tan importante como las experiencias en sí mismas.
- La atribución que demos a nuestros éxitos y fracasos influirán también de forma decisiva en nuestra autoestima.
- Al mismo tiempo, la forma de ver el mundo (la interpretación que hacemos del mundo) influirá enormemente en cómo nos sintamos y dicho sentimiento afectará a su vez a nuestros niveles de autoestima.
- Cuando las cosas no salen tal y como esperamos, el modo en el que interpretamos el resultado es muy importante en la valoración que realicemos de nuestras capacidades y habilidades.
¿Cómo se adquiere una autoestima desadecuada y cómo mejorarla?
Existen varios factores que pueden hacer que nuestra autoestima no sea correcta. Para mejorarla es importante que los tengamos en cuenta:
1. Tener demasiado en cuenta la opinión de los demás sobre nosotros mismos. Es normal que nos guste sentirnos queridos, halagados, pero no es bueno necesitar la constante atención y aprobación de los demás para sentirnos bien. Hay que evitar la tendencia a complacer a los demás. Por otro lado, hay personas que se rodean de otras que les hacen daño con sus constantes reproches, críticas destructivas o desvalorizaciones, atacando su autoestima. Es importante alejarse de esas relaciones y personas.
2. La tendencia a hacer comparaciones con lo que pensamos que son otras personas o lo que creemos que tienen. No sólo es importante considerar que no sabemos mucho sobre cómo es verdaderamente esa otra persona con la que nos comparamos, sino que es importante darse cuenta que lo que sirve para ella no tiene por qué ser válido para nosotras o nosotros.
3. La tendencia a evitar los retos. Es mejor hacerlo y fracasar que no intentarlo. Evitar los retos desarrolla la creencia de que “no somos capaces” y entramos en un estilo de evitación y auto-justificación. No digas que no puedes, hazlo. Y por supuesto, tras hacerlo valora el resultado con equilibrio, aprende de los errores y aprecia los aciertos.
4. Postergar o procrastinar, es decir, dejar para mañana lo que puedas hacer hoy. Es una forma de evadir, usando otras actividades como refugio para no enfrentar una responsabilidad. Mejorar la autoestima pasa también por dejar de procrastinar.
5. El Perfeccionismo o querer hacerlo todo bien, lo que lleva a sentirse culpable si no se consigue. El perfeccionismo nos paraliza y nos bloquea, mejorar la autoestima nos hace avanzar y progresar.
6. Una continua insatisfacción con la vida. La tendencia a verlo todo negro y vivir instalados en la queja también genera una mala autoestima y puede acabar amargándonos la vida.
7. Valorar de un modo desadecuado las críticas, atendiendo a las destructivas y obviando las buenas críticas. Es importante saber, por un lado, que puedes enseñar a los demás a tratarte de una forma adecuada, actuando con asertividad, y frenar así críticas ofensivas o destructivas. De igual modo, aprender a aceptar y expresar críticas, es una habilidad social muy necesaria.
Este post es una actuación enmarcada en el programa PILA, cofinanciado por el Fondo Social Europeo, en colaboración con la Consejería de Industria, Empleo y Promoción Económica de Asturias y el impulso de CEPES como Organismo Intermedio del FSE.